
Esperan estabilidad de temperaturas en gran parte de Oaxaca
Oaxaca, Oax. 16 de abril del 2012 (Quadratín).- Se dice hijo de Pedro Infante aunque no lleva su apellido. Nació en febrero de 1957 y Pedro Infante falleció dos meses después, en un accidente de aviación, el 15 de abril. Su madre, Silvia, le dijo que el ídolo de México era su padre, y él le creyó.
Cada aniversario luctuoso le rinde homenaje a quien considera su padre con un altar instalado en su negocio de reparación de llantas y elaboración de monos de calenda. Pero este domingo lo hizo con una misa en la iglesia del Marquesado. Al final de la misa puso canciones de Pedro Infante en el atrio y obsequió nieves a los feligreses.
Su nombre es José Azcona y Juárez, y más allá de ser un resuelto admirador de Pedro Infante, hace cuarenta días saltó a la fama en los periódicos, noticiarios y en las redes sociales, por desnudarse en protesta por los bloqueos que en Oaxaca ocurren un día sí y otro también.
Asegura que lo hizo porque desde el conflicto político del 2006 su negocio no se ha recuperado y culpa de esta situación a las marchas, bloqueos y plantones que suelen darse con frecuencia frente a su establecimiento, en la calzada Niños Héroes de Chapultepec.
No lo tenía planeado. Se desnudó ante estudiantes normalistas que bloqueaban frente a su negociación, y ante la policía que en ese momento llegaba al lugar, en un arranque de furia, de desesperación e impotencia. En entrevista nos narra qué fue lo que pasó ese lunes 5 de marzo.
-¿Cómo se le ocurrió?
-No fue una ocurrencia fue una actitud surgida de la impotencia, del coraje que superó al pudor y a la vergüenza porque no es posible que no haya ingreso y aparte bloqueen la calle para que no pase nadie. Nuestros negocios padecen las consecuencias.
-¿Recuerda quienes bloqueaban aquella ocasión?
-Eran estudiantes normalistas; pero lo hacen movidos por sus dirigentes, que son finalmente quienes salen ganando. Yo recuerdo a un tal Enrique Rueda que gritaba en el 2006 Venceremos, y yo me preguntaba, ¿cuál es el enemigo a vencer? Y hoy, ¿dónde está Rueda? Los profesores cobran si trabajan o si luchan, nosotros en la iniciativa privada no tenemos esa garantía. Mi negocio me da para vivir, pero no veo ningún crecimiento.
-¿En qué momento decidió quitarse la ropa?
-Lo decidí en un momento de coraje e impotencia. Fui a reclamarles a los jóvenes, uno se empezó a reír de forma irónica y sarcástica, y entonces sentí como agua hirviendo sobre mi cuerpo. En ese momento llegó un policía y le pregunté de qué lado estaba, de los secuestradores de los camiones o de la ciudadanía, y me dijo que él estaba para cuidar que personas como yo no ofendieran a los pseudoestudiantes. Es entonces cuando decidí quitarme la ropa, no ofendí a nadie verbalmente pero lo hice desnudándome y le dije al
policía: Deténgame por faltas a la moral.
-¿Y la pancarta? ¿De dónde salió?
-Esa pancarta yo ya la tenía desde hace dos años. He mandado a hacer varias. A los maestros de la sección 22 les hice una que dice: maestro yo no estoy de acuerdo cómo manifiestas tus inconformidades, finalmente tú elegiste la carrera magisterial, nadie te la impuso, y no es pisoteando mis derechos como vas a defender los tuyos.
-¿Y qué hizo el policía?
-Nada. Con mucha dignidad informó a sus superiores y se fue.
-Y luego
los periodistas
-Yo les compartí que mi economía ha mermado terriblemente. Ellos pensaban que estaba protestando, pero no, sólo fue un arrebato. Lo que sí tengo claro es que yo voté por este gobierno y no veo claro; y el anterior, veo que se está muriendo de risa porque nadie puso hacerles nada. Cuando paso por el antiguo Tribunal Superior de Justicia y veo el deterioro del edificio, y veo que el sospechoso de haber sido el responsable está en una curul, no entiendo qué pasa.
-¿Cuánto tiempo estuvo usted protestando como Dios lo trajo al mundo?
-Estuve como dos horas desnudo en el sol y después ya no sabía qué más hacer. Me preguntaba: ¿Y a hora qué hago, a qué hora me visto, me desmayo, o qué? Y finalmente lo que demostré es que me acepto tal como soy, con mis limitaciones físicas y mentales. Ja ja ja.
-Lo cierto es que su fotografía recorrió el mundo
-Sí, eso sí lo sé. Hasta me enviaron saludos de Madrid unos amigos de mi hermano, felicitándome, y mucha gente de la ciudad, varios empresarios.
-¿Y su familia qué dijo?
-Yo tengo dos hijas, tengo una madre y un nieto, y mi actitud fue un tanto obscena. Mi nieto de 9 años, cuando me vio en la televisión se agarraba la cabecita y preguntaba ¿qué le pasó a mi abuelo? Mucha gente dijo que fue un acto de valor, yo sé que lo hice en un momento de coraje, pero a mi nieto le tuve que decir que fue un acto de valor.
-¿Qué logró desnudándose?
-Nada. Yo tenía una pancarta en la que decía que ellos tienen el derecho de manifestarse, pero no se vale que pisoteen mis derechos de tránsito y al trabajo. No se vale que lastimen a la ciudadanía. Si tuve más de 300 muestras de apoyo moral, de solidaridad, y hasta económico. Una empresaria hasta me regaló dinero.
-Por lo menos al estallar se desahogó emocionalmente
-Ya que me vestí lo primero que hice fue mandarle mensaje a mi psicólogo porque pensé que todo el trabajo de terapia que había pasado se había ido por la pichancha. Me felicitó aunque de manera más razonada. Ahora me digo: qué bueno que lo hice, porque de lo contrario tengo la seguridad de que me hubiera dado una parálisis facial o una embola. Yo estaba como olla express. Y también descalzarme y pisar el piso, como que la adrenalina hizo tierra y me calmé.
-¿Usted seguirá manifestándose? Ya vienen las movilizaciones de la Sección 22 magisterial
-Sí, quizás no de la misma forma, pero yo soy un oaxaqueño inconforme del clima que se está viviendo. Yo les pido a los maestros que se pregunten ¿verdaderamente están devengando su salario? Por dignidad no deberían recibir un salario que no se han ganado.
Ya hice una pancarta en la que digo todo lo que perdemos con las marchas y los bloqueos: perdemos dignidad, perdemos citas, perdemos viajes, perdemos vuelos, trabajo, dinero, autoestima, salud, amor, paciencia, de veras son muchas cosas las que se pierden y muy pocas las que se ganan. O dígame, en 35 años de movilizaciones magisteriales ¿qué tanto han mejorado las cosas? Esta táctica de irse contra el pueblo provoca muchas pérdidas. ¡Y yo qué culpa tengo¡ ¡Yo no puedo ayudarlos!